jueves, 6 de junio de 2013

La espesa contradicción del BDSM







   El fascinante tema del poder y la forma en que el poder se establece en las relaciones humanas ha sido tratado extensamente por muchos filósofos y escritores en los que muchos practicantes de BDSM suelen abrevar cuando de sostener posturas se trata. Pero no por casualidad, en esas discusiones hay dos nombres que suelen resonar justamente por su ausencia. No suelen ser citados. Me estoy refiriendo a Sade y a Sacher-Masoch. Llama la atención que sadismo y masoquismo en todas sus variantes y posibles interpretaciones sean hoy apenas algo más que conceptos abstractos, referencias a parafilias relacionadas con el dolor o pálidas entelequias filosóficas que no reflejan los ardores sexuales de los protagonistas de las obras de aquellos cuyos apellidos dieron nombre a dichos conceptos.


Todo es de a dos. Tu goce vale tanto como el mío. Te devolveré peso a peso lo que te costaron estas parafernálicas botas altas. Adán, devolveme la manzana porque ya no cometeré el crimen de ofrecértela para tentarte.


   A Don Leopoldo y al Marqués apenas se los comenta. Es como si fueran dos tíos viejos a los que hay que ir a visitar cada tanto. Pero siguen estando ahí, omnipresentes. Sade y su retorcida filosofía latente en una obra literaria que se sostiene sobre el concepto feudal de la nobleza, de una clase superior con poder sobre una plebe que nace para servirla; tan parecido a lo que las Dominatrices proponemos en la egoísta búsqueda de nuestro propio y arbitrario placer, sirviéndonos de los sumisos porque para eso están. Y qué decir de Don Leopoldo, hijo y funcionario del Imperio Austrohúngaro, criatura de la sociedad europea burguesa del siglo XIX en donde los hombres ya son ciudadanos y gozan de ciertos derechos pero, vaya paradoja, pareciera que la vida sólo merece ser vivida cuando se renuncia a los mismos para entregarse en forma absoluta al placer de adorar como esclavos a altivas diosas paganas envueltas en pieles, látigo en mano, déspotas tan bellas como crueles, que hacen uso y abuso de su hermosura que conduce a sus sumisos por un camino de éxtasis que sólo puede concluir en extravío.


Mi obligación es reivindicar tus derechos como sumiso. Tengo responsabilidades, debo cuidarte. Le echaron pintura a las pieles de tu Venus. En realidad, soy tan fea y tan poco griega que hago bien en bajarme del caballo y ser una más, como las otras. Me vuelvo sola, no me pagues el taxi, no quiero abusar. Si hace falta alguien que lave los vasos, cuenten conmigo.


   El sado Femdom nos propone un mundo de relaciones entre amas y sumisos cargadas de una imaginería de mujeres erotizadas, flageladoras crueles, jaulas, látigos, tacones clavándose en espaldas, maridos cornudos y humillados. El Femdom así vivido es una fractura, una brutal diferencia con todo aquello que la sociedad moderna propone como un sano modelo de relación. El BDSM aparenta ser de avanzada porque rompe con ciertos preceptos de la sexualidad convencional pero el Femdom clásico, anclado en don Leopoldo y en el Marqués, te lleva en un viaje en el tiempo hacia una época cuasifeudal. El sado no es vanguardista como muchos de sus cultores te quieren hacer creer sino que es retrógrado y arcaico. Te propone que el mejor orgasmo llegaría si los avances sociales de los últimos trescientos años no hubieran existido. Ese retroceso a la Edad Dorada de la Injusticia no es un elemento accesorio porque es allí donde reside su encanto y es la piedra fundamental de las sensaciones placenteras que despierta.


Vienen con decálogos. Normas que debo cumplir. Tienen un diccionario de siglas forasteras. Cuando te prostituya, aceptaré recibir dinero de utilería. Postearon galerías en donde ellas te pisan con zapatillas sucias y te clavan en la espalda uñas descuidadas pero igual debes llamarlas Amas porque ser Ama no es más una construcción cultural y cualquiera tiene el derecho de definirla como más le guste.


   El concepto de consenso nace como un reaseguro de que no somos tan loquitas despues de todo. El consenso nos devuelve a nuestra realidad convencional. Todo es un juego. Por fuera de ese consenso previsible y banal está el peligroso territorio del abuso. Pero el enemigo no es el abuso. Nadie nos engaña, el fantasma del abuso en el BDSM es una sábana vieja y sucia que algunos dominantes sacan a pasear por los foros cuando les conviene para pavonearse diciendo que ellos son los amos responsables, los amos que sólo se mueven dentro de lo sano, seguro y consensuado. El enemigo es la contradicción. La contradicción evidente, la espesa contradicción en que viven aquellos que predican un estilo de vida alternativo en lo sexual, un BDSM que presuponen de avanzada y que se corresponde con sus posiciones filosóficas, sociales y políticas vanguardistas, plenas de declaraciones igualitarias y altisonantes apelaciones a los derechos humanos. Buscan justicia, igualdad y derechos pero pretenden acceder al Marquesado. Proclaman a viva voz que la belleza no importa pero miran de reojo el trono de Venus. Las pulsiones eróticas deben necesariamente ser controladas para que encajen en medio de tanta corrección política, de tanto discurso emancipador, de tanta sed de justicia.

Les creíste? Por supuesto que no. Olvidate de lo que te contaron. Yo soy la Señora, seductora y superior. Todo es Mío, todo es para Mí. Puedo castigarte, premiarte, enamorarte o abandonarte si así me place. Soy adorada sin culpas. No hay principios fuera de Mí ni hay más ley que Mis deseos.


Don Leopoldo y el Marqués, desde mi mesita de luz, en púrpura y negro, finalmente sonríen.








13 comentarios:

  1. Es difícil comentar esta entrada con algo que pueda complementar tan maravillosa nota, por eso solo me quedo con una frase que reproduzco como comentario. El pensamiento y el sentimiento de una verdadera Diosa del Femdom condensado en solo cuatro palabras.

    SOY ADORADA SIN CULPAS.


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  2. Estas refelxiones "ocasionales" ya estan tomando la demsidad conceptual de un LIBRO...y sé que lo que hablo

    nini

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  3. no estoy para nada de acuerdo. vos decis que 300 años de luchas bajo las consignas de 'igualdad libertad y fraternidad' son solo una ficcion? yo soy un poco mas optimista y prefiero creer que dan un marco 'social' para que algunos 'privados' jueguen a ser un poco, y cada tanto, medievales. pero es solo un juego. si no se entiende eso, estamos hablando de cosas distintas.

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  4. En primer lugar, lo correcto en este sitio y en cualquier otro es que dejes tu firma.

    Lo que yo digo es :

    "El sado no es vanguardista como muchos de sus cultores te quieren hacer creer sino que es retrógrado y arcaico. Te propone que el mejor orgasmo llegaría si los avances sociales de los últimos trescientos años no hubieran existido."

    lo cual es distinto a

    "300 años de luchas bajo las consignas de 'igualdad libertad y fraternidad' son solo una ficcion"

    Admito que algunos jueguen a ser "un poco y cada tanto"..sólo hay que entender que otros jugamos de otra forma, más profunda. Son cosas distintas y placeres diferentes.

    Es solo un juego pero si va a ser MI juego, mías son las reglas.

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  5. Una columna excelente ! Lo que no es novedad

    atentamente

    commendatore

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  6. Coincido plenamente. Si el sumiso tiene algún "derecho" en la relación, entonces ya no es sumiso, al sumiso no le queda otra obedecer. Y la frase final del anteúltimo párrafo así lo hace saber: "No hay principios fuera de Mí ni hay más ley que Mis deseos."

    AdmiraTormaxxX

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  7. Acuerdo plenamente. En una relación de AMA/sumiso al sumiso no le corresponde ningún derecho. Como bien queda expresado en la última frase del anteúltimo párrafo "No hay principios fuera de Mí ni hay más ley que Mis deseos."

    A sus pies, AdmiraTormaxxX

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  8. "Si va a ser mi juego, mías son las reglas"

    quedó clarito, no?

    El problema es que no faltan los que se creen que el juego sólo debe ser el suyo propio. Y se meten con los juegos de los demás.

    sumiso fiel

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  9. Hay que publicar esta reflexiones!

    con afecto,respeto y sumision

    Commendatore

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  10. Diez años despues de la publicacion de esta columna, casi podemos decir que el sado se ha extinguido asfixiado por la correccion politica.

    cheshirecat de Mistress Roxy

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