martes, 27 de octubre de 2015

Videoteca. Heroínas Femdom. Las Vampiresas.


Diana Lorys en el cuello de Anita Ekberg





    La noche pone su gracia y tiñe desde adentro Mi necesidad de conexión sádica con esa mínima parte de la humanidad que comprende que en esta vida, ésta, la única que tenemos, es donde realmente podremos expresar nuestro deseo por la sensualidad. 
Halloween sado sensual y femenino





    Este fin de semana es noche de brujas y quise homenajear a mi manera a todas las vampiresas sádicas y femeninas que despertamos pasiones y excitamos lujurias. No esperes en este topten de videos alguna mención a las grandes obras históricas del género o a las joyas eróticas del lesbian vamp al estilo de The Hunger, con las inolvidables Catherine Deneuve y Susan Sarandon más el aporte de David Bowie o Les Levres Rouges (también conocida como Daughters in Darkness) con la rubia Delphine Seyrig como la reencarnación de la condesa Bathory. Ahorrate la crítica cinematográfica por lo que vas a ver. Lo que viene trae consigo poca o nula intención artística. Quiero reivindicar la desmesura y el golpe de efecto, el fetichismo de la vampira sensual, el primer plano de los sangrientos colmillos femeninos que asoman sobre escotes tan exagerados como los maquillajes y los tacos altos con que las chicas más malas de todas se adornan para morderte y desangrarte. Te excita fantasear en darle tu cuello y entregarte a una de ellas? Estas son tus diez Vampiresas.



Mordida 10. Tammy Parks. Vladamina de Titanic 2000.

Se abre el ataúd y una vampira que supo ser chica Penthouse, sale sonriendo y contoneándose, sedienta de sangre y sexo. Muy lejos de los sufrientes y oscuros looks de las antiguas condenadas, esta señorita de largos colmillos lleva brillantes uñas rojas que sobresalen bajo los largos guantes, sexies botas de tacón y un ardiente deseo lujurioso por pervertir a otras chicas. Así es Vladamina. Un buen comienzo.









Mordida 9. Glori - Anne Gilbert. Diana Ruthven de Countess Dracula Orgy of blood.

La hermana de Drácula se llama Diana y mientras su hermano la busca por todo el mundo deseoso de verla y reunirse con ella después de cientos de años, la chica no pierde el tiempo y se pasea por los night clubs de Los Angeles buscando saciar su sed de sangre depredando todos los cuellos femeninos que encuentra a su paso. Su melena rubia, las botas de taco acrílico y su corsette de látex dejan muy atrás a las antiguas y lúgubres habitantes de los castillos de Transilvania.





Mordida 8. Eileen Daly. Lilith Silver de Razor blade smile.

Eileen es una actriz británica de culto para los fans de las películas de vampiros y monstruos. El rol que la lanzó a la fama fue sin duda el de Lilith Silver, la chica mordida por un vampiro en el siglo diecinueve y que desde entonces busca venganza; se convierte en una asesina a sueldo vinculada a Scotland Yard y debe eliminar a los miembros de una secta de Iluminati que está comandada por su eterno enemigo, Sir Sethane Blake. Lo interesante del asunto es que mientras Lilith planea y ejecuta sus sangrientos crímenes, se viste y se maquilla como una hermosa dominatriz fetichista. Parece que en este oficio de asesina nocturna, sólo vale echarse encima todos los excesos.  






Mordida 7. Kristin Kreuk. Lana Lang de Smallville.

En la serie Smalville, Lana Lang es una eterna candidata a amiga - novia de Clark Kent (cuando aún no era Superman) y en este episodio de la quinta temporada (Thirst), ella ingresa en una hermandad universitaria cuyas integrantes son vampiresas. Lana pasa las pruebas de la iniciación a partir de un fogoso y sangriento beso lésbico y se transforma en una devoradora sádica de colmillos sedientos pero, a diferencia de las otras chicas de su grupo, parece que aprovecha su condición para vestirse muy fetish. Al final del episodio, Lana sólo desea morder a Clark y arrastrarlo a su mundo pero él está advertido y logra clavarle una jeringa con un suero antívampírico. Una lástima. Pero antes ella le confiesa que no está enferma, que nunca se sintió mejor, que desearía compartir con él la nueva fuerza que ahora tiene y que con su lado vampírico ha descubierto el poder de su verdadero yo, que hasta entonces había permanecido oculto. Una declaración Femdom.






Mordida 6. Aaliyah.  Akasha de Queen of the damned.

Hoy defenderé mi causa, mi sado, mi sensualidad, mi femineidad y mi insaciabilidad vampírica. Dejando de lado toda vianda macabra y apelando a la estética sin dejarme llevar por ningún lúgubre transfondo, espero reinterpretar el arquetipo de Vampiresa para absorber su esencia sádica, caprichosa, ambulatoria, nocturna, romántica, lasciva.... 
Dame tu cuello

 La película maldita que hizo honor a su nombre. Aaliyah falleció en un accidente cuando el film no estaba terminado, si bien ya había grabado todas sus partes. La historia de Lestat, un músico de rock que se enfrenta a la madre de todos los vampiros, Akasha.






Mordida 5. Maria Ford. Tournier de Night hunter.

La rubia parece el sueño dorado de cualquier hombre. Una preciosidad de melena enrulada, labios tentadores y sonrisa sensual, que se pone contenta cuando el auto no arranca porque parece desear tanto a su compañero que sólo quiere hacerle una buena fellatio. La acompañante ideal para el asiento delantero. Pero ay!, es demasiado linda para ser real. Ella esconde una sorpresa. 






Mordida 4. Jennifer Beals.  Rachel de Vampire's Kiss.

Hoy estamos en Halloween, no es luna llena y estoy muy lejos de algún castillo pero siempre llevo conmigo el deseo de que Mis colmillos insaciables pueden mostrarse afilados para salir en búsqueda de algún cuello que no me dará la vida eterna pero sí el perverso placer de mi juego de poder y si todo sale como espero, esa víctima de mi succión no se convertirá en murciélago humano, como cuenta la leyenda, sino en la criatura que alimente mi lujuria por esa noche.
Dame tu cuello 

Mi amada Jennifer, la chica Flashdance que humedeció mi entrepierna y también las de mis amigas durante nuestra adolescencia en los años ochenta. Ella es Rachel, ella es el despiadado beso de la vampiresa, hermosa y sensual en stockings y portaligas, sometiendo al pobre de  Nicholas Cage. Como en ninguna otra escena, en ésta se aprecia el simbolismo de la mordida como el mejor orgasmo Femdom.





Mordida 3.  Diana Lorys y Anita Ekberg. Bertha y Sylvia de Fangs of the living dead (Malenka, la vampire).

Si de vampirismo lésbico se trata, qué mejor fantasía que hincarle los colmillos en el cuello a Anita Ekberg. La condesa Sylvia (Anita), además de su título nobiliario, hereda un castillo sin saber que está maldecido por la presencia de vampiros. Bertha y su mucama intentarán por todos los medios arrastrar a la rubia condesa a su inframundo. La única Mordida de cine histórico de mis diez elegidas.








Mordida 2. Amanda Donohue. Lady Sylvia de The Lair of the White Worm. 

Lady Sylvia oficia de sacerdotisa inmortal en un extraño culto celta dedicado a una serpiente blanca gigante. Aunque a nadie le importe demasiado el argumento del film, este personaje interpretado por Amanda Donohue es el que aparece en todas las listas cuando se busca  una escena protagonizada por una rutilante vampiresa en botas altas. El sadismo está omnipresente pero los últimos segundos, desde los 2:15 hasta el final, son sublimes.





Mordida 1. Eva Green. Angelique Bouchard de Dark Shadows

Un compilado de los momentos mas sexies de Eva Green como la dominante vampiresa que somete, excita y tortura a Johnny Depp. Aunque detesto el final del film, Eva está fabulosa en muchas escenas y en esta edición aparece en todo el esplendor de su seducción y su sadismo. 








Pero la  vida no siempre es como una novela. A veces, en los finales de la realidad, las vampiresas ganamos. Y ellos, los absorbidos y  esclavizados, los victimizados y sometidos, también reconocen, cansados pero sonrientes, que nunca la pasaron tan pero tan bien.





martes, 20 de octubre de 2015

La Venus de las Pieles y la condición de Severin





   Todas las noches él sueña con su Venus. No sólo es una obsesión sexual sino además una muestra de lealtad hacia Ella y también hacia sí mismo. Si de lealtad se trata, nunca conocerás a nadie más leal a las Damas que nuestros Severines. Ellos son los esclavos que se la juegan, son los últimos de los románticos, tan diferentes a los neuróticos pseudosumisos típicos de nuestro BDSM, cargados de narcisismo, cuya supuesta sumisión muta instantáneamente en agresión cuando la mujer se niega a complacer sus fantasías.

   Siempre digo que el esclavo no debería buscar a su Venus. Somos las Diosas amatorias las que lo encontramos y lo forzamos mediante nuestra seducción a firmar ese contrato que no tiene ninguna otra cláusula que nuestra voluntad de ser adoradas sin retaceos. Venus elige a sus feligreses y no al revés. Cientos de aspirantes llenan casillas de mensajes en foros, chats y facebooks buscando al voleo alguna forma de acceso hacia las mujeres dominantes y rara vez consiguen lo que se proponen. En mi caso particular, reconozco que leerlos me genera cierta angustia. No me ofrecen nada en especial pero imagino la soledad que sienten. No saben que están equivocados al creer que a Venus se la busca; es el amor venusino el que te encuentra.

   La moderna Venus de las Pieles es la más universal de las fantasías eróticas masculinas pero sólo se concreta cuando las Venus satisfacemos nuestros deseos con la carne masculina y no cuando ellos nos persiguen cual perros hambrientos. Comprender que tu felicidad llega solamente cuando aprendes a complacerla es una premisa sádica e injusta pero así lo enseña la sabia condición que regula toda la historia humana que tiene que ver con el amor entre hombres y mujeres. 

   El sumo placer llega de la mano de del sadismo femenino pero es un placer que sólo puede ser comprendido y gozado por los sumisos sacerdotes que han decidido dedicar su vida al servicio de las peleteras poderosas y tiránicas. El esclavo es un sibarita del sexo y reconoce ese poder; su esclavitud no es otra cosa que su sometimiento a una diosa pagana, altanera y cruel. Ella es la ley, la única ley posible. No hay posibilidad de consenso alguno, como exige el manual del BDSM mediocre.

   Y el dolor masoquista? Acaso el esclavo no sufre también? Sí, pero su sufrimiento nace de la pérdida de tiempo en búsquedas infructuosas, de la incomprensión y la burla que encuentra entre las fracasadas candidatas a Venus y en el temor a perderla cuando finalmente cree haberla hallado porque sabe que su destino es ser por siempre el amante adorador de una femenina Diosa del Amor.

   Es que acaso existe para el varón romántico un amor que valga la pena sin algo de sufrimiento?

   Ese amor esclavo es tan fuerte e incondicional que me hace caer en su dulce almíbar día tras día y me obliga a firmar cotidianamente el Contrato de Esclavitud. El amor de mi esclavo no me deja más alternativa que seguir subida en mi pedestal, abrir el vestidor y arroparme nuevamente en mis Pieles. Te daré toda mi entrega sólo si eres mi Venus de las Pieles. Esa es la forma, plena de varonil clase y sutileza, que él utiliza para seguir siendo aceptado día tras día y noche tras noche; esa es la única condición que saben imponer los románticos Severines. 

   La condición de Severin, aunque parezca una contradicción, es a que a Venus no le queda otra alternativa que aceptar ser amada incondicionalmente.

  






 

martes, 6 de octubre de 2015

No te desvistas







   La casa de Humberto de la calle Donado era el templo de las mejores orgías que podías encontrar en Buenos Aires, o al menos eso era lo que muchos decían por aquellos años 2007 y 2008. La onda era mayoritariamente swinger heterosexual entre parejas que ya se conocían sumadas a otras que se iban incorporando de a poco traídas por los habitués, quienes las reclutaban en sus correrías por Class o Starnew. La cosa no era para nada Femdom y no salía del estereotipo masculino de te doy mi mujer y vos dame la tuya; se supone que para las mujeres, todos los maridos eran más o menos iguales y los solos estaban estrictamente prohibidos (entiéndase por solos a los muchachos jóvenes que no tienen pareja estable y que suelen atraernos a las mujeres maduras). La brisa de la noche no refrescaba la monotonía de los jadeos de esas hembras culeadoras de noches con códigos tan estrictos y preservativos en la mesita ratona. Aquella planta baja antigua que había sido remodelada con propósito de reventa, apenas si estaba amueblada. Sólo recuerdo una compu que tiraba la música de acuerdo a una lista siempre igual y una luz roja que oficiaba de penumbra cómplice. Colchones en el piso para los que los requerían, una banqueta abandonada bajo una montaña de ropas y una cocina al margen en donde se tomaba algo, antes, después y a veces, durante la acción. 

   El baño era lo mejor, estaba hecho a nuevo y con un enorme espejo, bien iluminado, que nos reflejaba a Verónica y a mí cuando nos escabullíamos con la excusa de orinar o lavarnos pero que nos servía como refugio para maquillarnos y cepillarnos el cabello mutuamente y terminar siempre desaforándonos en besos toquetones y empapados en brillo labial sabor frambuesa. Nuestro auténtico lesbianismo fetish necesitaba refugiarse en un ambiente más íntimo para poder gozarlo, apartadas de aquel festín tan heterosexual. Salíamos abrazadas y riéndonos con un brillo en la mirada que no dejaba dudas de lo que acabábamos de vivir; así era que ellos nos miraban con deseo y ellas con cierta incredulidad y algo de envidia. Como ambas somos tetonas, de piel blanca y llevamos el cabello oscuro; nos divertíamos con el perverso discurso de somos hermanas y nos damos entre nosotras desde que éramos chicas para agregar más de morbo a las miradas ajenas. El argumento era perfecto; yo era la mayor, la azotadora y dominante y ella era mi hermanita sumisa pervertida, que además lo ponía en escena con una impronta inocentona que a todos les resultaba creíble y a mí me excitaba observar, con Sade en las pupilas, a los afortunados victimarios de esa mentira más pajera que piadosa. 

  Mirtha en cambio era una pasiva y paciente esperadora de que le llegue el turno de fornicar con el tipo que a su vez le había cedido la moneda - hembra de intercambio a su marido. El era un viejardo que llevaba una pelada disimulada con tintura rojiza (en el Río de la Plata le llamamos darse la carmela). Yo evitaba participar con esa clase de hombres. Siempre buscaba alguno más joven y bien dotado, pero en esa clase de orgías, la presencia de los bien dotados solía ser directamente proporcional a los celos de sus esposas para con mis botas negras y mis looks fetichistas. Como con Verónica siempre la pasábamos bien en todos lados, trataba de evitar tener problemas con maridos demasiado babosos. Aquella noche, sin mucha expectativa de alguna respuesta erótica, empecé a besuquear a Mirtha y para mi sorpresa, la señora, hasta el momento muy pasiva, se soltó en un ramillete de caricias cual adolescente en su segundo coito. Pero Mirtha seguía vestida y con su calzado puesto. Me encantó enredarme con ella entre su vestido algo formal y sus tacones no muy pretenciosos pero femeninos. No era ni fea ni linda pero se notaba que era una mujer pasada por el filo del sexo y de la vida. Apenas comenzamos a gustarnos y gozar, ella casi instintivamente (luego deduje que lo hacía siempre) se comenzó a bajar los breteles del soutien, con el ademan de desnudarse completamente. De inmediato le susurré Me encantan las mujeres vestidas de mujeres, no te desvistas. Esto no es el ginecólogo. Me sonrió y contenta, sorprendida y muy relajada, se me entregó sin retaceos. Mi orden la había cacheteado en su pasivo machismo, reafirmándole su femineidad hasta en lo más profundo de la entrepierna. 

   En la penumbra de la fiesta sexual que comenzaba, al menos para Mí, a ponerse íntima, el desubicado marido se acercó y le ordenó groseramente con tono altanero de dueño de hacienda Sacate todo, dale, dale que te la quiero poner. Por supuesto que no debe haber disparador más potente para un hombre machista que una Femdom besando a su esposa pero todo tiene un límite; cuando ellas se sueltan, pareciera que todos los masculinos y frágiles cimientos del poder se tambalean. Mirtha lo miró y con una estrella de lesbiana incipiente en su mirada le maulló un Pero ella me quiere así! El dueño no tuvo otra que volverse a la cocina de la casa a fumar un cigarrillo. Entre las piernas de Mirtha, acabé sin prisas y con orgullo. Después de aquella noche, nunca más la volví a ver. 

jueves, 1 de octubre de 2015

Cosplay Zatanna

   Zatanna es The Mistress of Magic, una diosa fetish de DC Comics aparecida en 1964. Me confieso ferviente admiradora  de su look . Zatanna es una ilusionista que participa ocasionalmente con sus poderes mágicos en la Liga de la Justicia. En la serie Smallville, es protagonizada por Serinda Swan, a quien podés disfrutar junto a otras heroínas de ficción en 10 Sensuales y Femeninas. Heroínas Femdom en los comics. Estas son algunas chicas cosplay que la homenajean; mi elegida de septiembre, muy fácil de reconocer, es la preciosa Dita Von Teese.



Enero


Febrero


Marzo



Abril


Mayo



Junio


Julio


Agosto



Septiembre



Octubre



Noviembre



Diciembre

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