lunes, 11 de septiembre de 2017

Laureline






   En 1967, hace cincuenta años, se publicaban en Francia las primeras páginas de una original historieta de ciencia ficción. Toda una novedad para el mundo del dibujo francés, muy reacio a aceptar historias de viajes en el espacio y el tiempo en un momento en que la carrera espacial entre los Estados Unidos y la Unión Soviética estaba en su punto culminante. Siempre a la defensiva frente a ideas y tendencias que considera extranjeras, la sociedad francesa se resistía a lo que entendía como una colonización cultural por parte de la historieta estadounidense. 

   Cincuenta años después, aquella creación del guionista Pierre Christin y el dibujante Jean-Claude Mézieres está recorriendo los cines del mundo de la mano del director Luc Besson. El personaje principal es Valerian, un muchacho investido con la misión de proteger una avanzada galáctica de la Tierra en el siglo XXVIII. La primera historia de Mézieres y Christin con Valerian como protagonista se llamó El imperio de los mil planetas.






   Ensayando nuevos caminos narrativos mientras avanzaban por terrenos desconocidos, Christin y Mézieres imaginaron una historia en donde Valerian viaja en el tiempo y conoce a una aldeana de la Edad Media llamada Laureline. Al principio, Laureline es su coequiper pero con el tiempo va ganando un ascendiente poder. El correo de lectores de la editorial demostró rápidamente que la novedosa idea de una protagonista femenina, de una heroína de ciencia ficción, era un éxito total.

   Si Valerian nunca fue concebido como un clásico superhéroe con poderes, Laureline tampoco era una frágil princesa con tendencia al desmayo o una damsel in distress eternamente despistada. En una de sus primeras participaciones en la tira, rescata a Valerian de una situación de grave peligro. Laureline no sólo se revelaba como una sexy pelirroja. Era inventiva, inteligente y muy segura de sí misma. Laureline era una heroína Femdom.




   Christin y Mézieres vivieron un tiempo en los Estados Unidos durante los primeros sesenta y se empaparon con las ideas de las vanguardias culturales que alumbraron los inicios del movimiento feminista. Influidos por las ideas del feminismo, ambos construyeron sobre Laureline un personaje muy diferente de las otras mujeres de ficción de su época. Claramente, Laureline no es una vampiresa estereotipada ni una femme fatale. Si buscamos una influencia más cercana, los propios Mézieres y Christin siempre reconocieron que en Laureline hay algo de Barbarella. Creada por Jean Claude Forest en 1962 y secretamente inspirada en Brigitte Bardot, Barbarella es a su manera una heroína feminista pero a diferencia de Laureline, lo que resalta en ella es su desinhibido erotismo y la ratificación revolucionaria del sexo libre. Al mismo tiempo y en los más conservadores Estados Unidos, la Wonderwoman de William Marston resaltaba las características clásicas de la idealidad femenina combinadas con superpoderes y con la eterna lucha entre el bien y el mal.

   Laureline era otra clase de heroína. Al igual que sus competidoras, era bella y atractiva pero ni el sexo ni la redención eran prioridades en sus aventuras. Tampoco recurría  a superpoderes. Lo que el guión más resaltaba en Laureline era su fortaleza interior, su inteligencia y su liderazgo para resolver problemas. 

   Luc Besson afirma que de chico era fan de la historieta de Mézieres y que Laureline fue la primera mujer de la que estuvo enamorado. Besson comenzó a utilizar elementos de la historia de Valerian y Laureline veinte años atrás cuando dirigió el film El quinto elemento, con la ayuda del mismo Mézieres. Las afinidades entre las dos historias eran tan evidentes, que en un momento de la filmación Méziers le preguntó a Besson Porqué no filmás de una vez a nuestra historieta? Veinte años después tenemos la respuesta de Besson en Valerian y la ciudad de los mil planetas, con Cara Delevigne en el rol de Laureline y Dane de Haan como Valerian. 










martes, 5 de septiembre de 2017

Verónicas por un día. Las herederas de Verónica Lake

  
   La columna inmediata pasada está dedicada a la bella Verónica Lake, estrella de Hollywood de los años cuarenta, femme fatale y pin up inolvidable. A más de setenta años de su consagración, el maravilloso estilo de melena peekaboo que la hiciera famosa continúa reclutando adeptas y es universalmente considerado uno de los peinados más sensuales que una mujer puede lucir en fiestas y presentaciones. Qué mejor entonces que disfrutar de doce fotos en un calendario dedicado a las herederas de Verónica Lake?

   La primera de la lista es la propia Verónica, el modelo peekaboo real. Le sigue la Kim Basinger de LA Confidential (1997); una prostituta de lujo que la imita en el vestido y en el peinado para que sus clientes se ilusionen con la fantasía de estar amando a la mismísima Verónica Lake. 

   El resto del calendario lo componen diez celebridades de la pantalla de los últimos años que se tentaron con la idea de ser Verónicas por un día y lucir en la tapa de una revista o sobre la alfombra roja, la más glamorosa de las melenas que haya existido.



Enero. Verónica Lake



Febrero. Kim Basinger



Marzo. Rihanna



Abril. Blake Lively



Mayo. Kate Winslet



Junio. Angelina Jolie


Julio. Kate Hudson



Agosto. Jessica Chastain


Septiembre. Jennifer Lopez




Octubre. Jessica Alba


Noviembre. Rihanna



Diciembre. Megan Fox

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