viernes, 25 de septiembre de 2015

High heels in London. Placer y dolor





   En estos días, Londres se ha vuelto la high heeled city por excelencia. La periodista Francia Fernández  escribe sobre dos exposiciones londinenses que exaltan la belleza y la seducción que transmite el calzado femenino. Una de ellas explora cómo los zapatos pueden representar status y erotismo y la otra recorre la historia de una marca británica que supo seducir a varias generaciones de mujeres desde fines del siglo XIX.


Zapatos de amor, dolor y obsesión 

   Ni amor forzado ni zapato apretado, dice un refrán. En estos días, dos galerías de Londres rinden tributo a uno de los accesorios más codiciados por las mujeres, en todo el mundo. En el Victoria & Albert Museum (V&A) se exhiben, hasta el 31 de enero próximo, más de 200 pares de calzados históricos y contemporáneos, como parte de la muestra Shoes: Pleasure and Pain (Zapatos: Placer y Dolor), que explora el poder transformador de los zapatos: tanto la euforia que despiertan como su faceta doliente.

   Además de seleccionar modelos de hombres y mujeres, de la rica colección del museo, que suma unos dos mil pares provenientes de Oriente y Occidente, y que cubre un espectro de tres mil años, la curadora Helen Persson hurgó en colecciones internacionales y armarios privados para desplegar un muestrario impresionante. Éste va desde sandalias decoradas con láminas de oro originarias del antiguo Egipto hasta ejemplares futuristas creados con impresoras 3D.

   Los zapatos son uno de los aspectos de la vestimenta que más hablan. Objetos bellos, esculturales; también son indicadores de género, status, identidad, gusto e incluso de preferencias sexuales. Nuestra elección de los zapatos puede ayudar a proyectar la imagen de lo que queremos ser, comenta Persson, a propósito de piezas entre las que se cuentan algunas asociadas a figuras como Marilyn Monroe, la reina Victoria y Sarah Jessica Parker, así como zapatos famosos, como los de ballet diseñados para Moira Shearer, la protagonista de la premiada película Las zapatillas rojas (1948).

  En la planta baja del museo se abordan tres temas: transformación, status y seducción. Transformation presenta los zapatos al centro de mitos y leyendas, con diferentes interpretaciones de Cenicienta o Pulgarcito, por ejemplo. Igualmente se refiere al marketing contemporáneo de las zapatillas y de los botines de fútbol, y a conceptos de diseños que proponen transformar mágicamente la vida de quien los usa.

   Status muestra cómo el calzado se ha usado para representar estilos de vida privilegiados, con diseños, formas o materiales a menudo inadecuados para caminar (hay zapatos indios masculinos con dedos gordos larguísimos o las famosas plataformas de Vivienne Westwood con que Naomi Campbell desfiló en 1993). En esta sección se ilustra también cómo históricamente las modas se originaban en las cortes europeas, mientras que hoy el foco está puesto en los diseñadores famosos: a zapatos tipo Pompadour, que usaban las mujeres que marcaban tendencia en la corte francesa del siglo XVII, le siguen los de Alexander McQueen y Sophia Webster.

   El poder sexual de los zapatos o su función fetichista, en tanto, puede verse en Seduction: con zuecos o plataformas japonesas, tacones altísimos y botas de cuero acordonadas de caña alta, como ejemplos de estilos eróticos.

   Para tomar contacto con el proceso del diseño y la creación de zapatos, desde el comienzo de una idea hasta el concepto final, el público sube al primer piso, donde también se proyectan entrevistas a diseñadores y artesanos, y se examina el futuro del diseño de calzado, con experimentaciones en materiales y formas, molduras y plásticos.





   Por otra parte y al mismo tiempo, en el Fashion and Textile Museum, a través de unos cien pares de zapatos, la muestra Rayne shoes for stars (Zapatos Rayne para las estrellas) recorre la historia y la producción de la marca británica Rayne, que usaron estrellas como Vivien Leigh, Elizabeth Taylor, Brigitte Bardot y figuras de la nobleza como Lady Di y la reina Isabel, incluidos los zapatos que esta última llevó en su boda real. Trabajos de Norman Hartnell, Bruce Oldfield y Mary Quant, la creadora de la minifalda, desfilan junto con modelos de Roger Vivier y de Laurence Dacade, actual diseñadora de la firma.

   Michael Pick, curador de la exhibición, define a Rayne como el punto culminante del diseño británico y fabricante del calzado de lujo de fama mundial. ¿Y cuáles son las piezas más notables de la muestra? Los zapatos más antiguos que se muestran datan de 1900, raros sobrevivientes, así que realmente son especiales. También dimos con el maletín de maquillaje de un actor alrededor de la misma fecha que fue producido por Rayne, que entonces diseñaba vestuario teatral. La exhibición despliega algunos estilos que son similares a los que usaban las damas de la familia real británica, al igual que zapatos que pertenecieron a Ginger Rogers y Marlene Dietrich, enumera Pick.

   El negocio comenzó en 1885, cuando Henry y Mary Rayne fundaron una empresa dedicada al diseño teatral, con cuatro aspectos distintivos: atención al detalle, telas de calidad, diseños innovadores y trabajo artesanal. Con una fábrica en Waterloo, en el sur de Londres, cerca de la actual sede del museo, entre sus primeros clientes se contaron bailarines rusos como Vaslav Nijinsky y Anna Pavlova. Luego sumaron zapatos a su catálogo y en los años 20, con la apertura de una tienda en la ultraelegante Bond Street, el calzado se convirtió en su producto estrella. En 1936, la reina Victoria concedió a Rayne una autorización real como proveedor oficial de zapatos. Lo propio ocurrió con la reina Elizabeth, consorte de Jorge VI, en 1952.

   El diseñador Edward Rayne, hijo de Mary, se puso a la cabeza de la compañía en 1950 y se convirtió en una celebridad de la moda por derecho propio. Entonces, quien tenía blasón llevaba zapatos Rayne. En 1958, el renombrado diseñador teatral Oliver Messel rediseñó la tienda de Bond Street, la cual atrajo el glamour. Para el cine, Rayne hizo los zapatos de dos Cleopatras: Vivien Leigh (César y Cleopatra, 1945) y Elizabeth Taylor (Cleopatra, 1963). También, los tacones que usó Karen Allen en la escena de víboras de Los cazadores del arca perdida (1981). Rayne fue la primera marca de zapatos que incorporó Wedgwood (una cerámica especial) en sus tacos, elemento característico que puede apreciarse tanto en esta exposición como en la del V&A.

   Nombrado caballero por la reina Isabel en 1988, Edward murió en 1992, y la compañía cesó sus operaciones un año después. Sólo dos décadas más tarde se relanzó en la famosa tienda Selfridges de la concurrida Oxford Street. Hoy, Rayne conjuga la calidad tradicional con un aire más contemporáneo y fresco, que le imprime la diseñadora Laurence Dacade. Los zapatos cuestan de 400 a 1000 libras. Su diseño, simple y elegante, con detalles florales, brillos glamorosos o pequeños lazos, ha conquistado a mujeres como Keira Knightley y Sienna Miller.

   Gracias a que el Bata Shoe Museum, de Toronto, Canadá, rescató los archivos del esplendor que la firma vivió en los años 50 y 60, y donó parte del material al V&A, en Shoes: Pleasure and Pain también pueden verse algunos de los mejores exponentes de Rayne, como esbozos y moldes creados para la princesa Diana. Para los fanáticos del calzado actual, allí también se exhiben creaciones femeninas y masculinas de setenta renombrados diseñadores, entre los que se cuentan Manolo Blahnik, Christian Louboutin, Jimmy Choo y Prada.

Francia Fernández



Nadja Auermann by Helmut Newton. 
La foto es parte de la colección Shoes: Pleasure and Pain (V&A Museum)


Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1825179-zapatos-de-amor-dolor-y-obsesion


viernes, 18 de septiembre de 2015

Feminización forzada. Mantra y Lukasz




    En 1993, Malibu Comics lanzó la línea Ultraverse de libros, dentro de la cual Mantra fue uno de los comics más singulares. Escrito por Mike Barr y con dibujos de Terry Dodson, narra las aventuras de un guerrero del tiempo llamado Lukasz que durante mil quinientos años había luchado en las huestes del gran mago Archimage contra el villano Boneyard. Cada vez que un soldado de Archimage moría, su alma era reencarnada en otro cuerpo y así la guerra podía continuar. La historia comienza cuando Lukasz es reencarnado en el cuerpo que Archimage consideraba el más adecuado para dominar las artes de la hechicería. Ese cuerpo es femenino: pertenece a Eden Blake, una atractiva mujer divorciada y madre de dos niños pequeños. Gracias a sus adquiridos poderes mágicos, Lukasz es rebautizada Mantra y deberá retomar la lucha mientras aprende a vivir en el cuerpo de una sensual y curvilínea amazona de negra melena y enormes pechos.
  
   What does gender matter in the scope of all creation? (Archimage)

  My name is Lukasz, I'm a warrior. My name is Mantra, I'm a wizard. My name is Eden...I'm a woman.

   A Mantra no le agrada para nada su nueva condición y se resiste continuamente a vivir el cambio de sexo por lo que la historia se desarrolla en un fascinante marco erótico de feminización forzada. Por primera vez en siglos, Mantra debe luchar para aprender los caminos y trucos de la hechicería mientras se ve obligada a adaptarse a su vida de chica trans, una vida que rechaza pero a la vez parece atraerla morbosamente porque todo el tiempo se preocupa de lucir lo más bella, femenina y atractiva posible.




   Mantra lleva sus preciosas tetas casi al aire y no deja de usar minifalda y tacos altos cada vez que la oportunidad lo amerita, como si en su vida como mujer no tuviera otra opción que la de vestirse y maquillarse lo más sexy posible. (Lipstick. Mascara. Eye Shadow. Blusher. Foundation. Earrings. Too many choices! A man shaves, combs his hair, slaps on some cologne and he's ready to go!) Se queja del tiempo que pierde en secar y peinar su preciosa melena negra pero jamás piensa en cortársela para estar casual. Viste una armadura y una máscara con poderes mágicos pero a la vez no se priva de lucir botas por encima de la rodilla y fetichistas guantes largos operagloves. Su primera palabra al ver reflejarse en un espejo su nueva imagen, el cuerpo de Eden, es el clásico God! Y se sospecha que además de sorpresa y rechazo, ese God! expresa algo de admiración y deseo; ese mismo deseo que sienten las chicas crossdressers cuando se miran por primera vez en un espejo y se pierden para siempre, enamoradas de sí mismas y de su imagen tan sensual y femenina.









 Mantra es una historia deliciosamente perversa pues mientras Lukasz lucha con sus archienemigos, Mantra no deja de aborrecer sus caracteres femeninos (I keep myself sane by telling myself that what I am isn't who I am) pero a la vez parece disfrutar al ponerse y sacarse un soutien, al acomodar sus grandes tetas en el escote, el efecto que siente caminando sobre tacones, el tiempo que le lleva maquillarse (Bond...Jane Bond, se dice a sí misma en un episodio mientras contempla su makeup) y por sobre todo, el deseo que provoca en los hombres, lo que le produce rechazo pero cierta atracción morbosa a la vez (This is all wrong...men want me, and women want to be me...and I want it exactly the opposite!). Quizás la más humillante y deliciosa de todas las experiencias ocurre cuando se ve obligada a ser la dama de honor en la boda de una de las mejores amigas de Eden (I feel like a fool. Pre-wedding plans mean I'm supposed to be buying beer, renting porno films and hiring hookers, not dressed up like Little Bo Peep). No me cabe duda el sentido que late detrás de estas escenas; mientras describen con lujo de detalles la humillación viril del guerrero al estilo de un Heracles travestido por Onfalia, le hacen latir muy fuerte el corazoncito a tantas chicas sissies que se masturban soñando con despertarse siendo dueñas de un cuerpo como el de Mantra. 








    En 1995, Marvel compró Malibu y sus directores decidieron modificar los diseños y las historias de Ultraverse. Para los fans de Mantra, el cambio fue decepcionante. Se eliminó todo lo relacionado a la perversidad del héroe feminizado contra su voluntad y Mantra mutó en una tonta jovencita con superpoderes como tantas otras de la escudería Marvel. Pero nadie podría ya quitarle el honor de haber sido la primera y más famosa heroína trans de historieta a escala mundial.







sábado, 5 de septiembre de 2015

Mi Primavera superglam con Andy McDowell


De lo único de lo que el mundo nunca se cansará es de la exageración
Salvador Dalí

   Ese espíritu de Dalí es el de mi primavera, que ya se acerca, que ya está ahí. Vivir a fondo la exageración y los excesos. Y qué mejor que vivirlas de la mano de una de nuestras diosas más extravagantes. Conocí a Andy una noche, en una disco gay de Mar del Plata Andy es una de nuestras más selectas embajadoras del placer y el glamour, que recorre el mundo mostrando lo mejor de su exquisito arte. Los tacos más altos, las plataformas más atrevidas y los maquillajes más fabulosos. Andy Mcdowell.




Enero



Febrero



Marzo



Abril



Mayo


Junio


Julio


Agosto



Septiembre



Octubre



Noviembre


Diciembre



Fuente: https://www.facebook.com/andymcbsas

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...