jueves, 23 de febrero de 2017

Videoteca. Máxima Femineidad I



Charlize y Penélope



Raquel y Farrah


   Quise celebrar San Valentín 2017 en mi blog de una forma especial, la más sensual y femenina de todas las formas posibles. Mi elección: diez escenas de cine de todos los tiempos que son un homenaje al deseo de la mujer por la mujer. Voy a dejar para otra oportunidad al sexo lésbico incandescente, apasionado, devorador, tan propio de nosotras, para enfocarme más en los sutiles juegos de seducción. La mirada insinuante, la mano con uñas largas y cuidadas avanzando por debajo del soutien, el baile de a dos lleno de contoneos, el beso fugaz que apenas roza los labios, la caricia sugerente que te hace dudar si te quiero como amiga o busco algo más....

   No tuve ni tengo la intención de escribir la historia del lesbianismo en el cine. Me limité a elegir diez escenas entre todas las que conozco, protagonizadas por hermosas estrellas que me excitaron y me estimularon. Algunas son célebres y están en la gran historia; otras no tanto. Desde 1930 hasta 2013, desde las más antiguas hasta las contemporáneas, desde Marlene Dietrich y Greta Garbo hasta Penélope Cruz, pasando por  Romy Schneider, Raquel Welch y Brigitte Bardot. 



Máxima Femineidad.

  

Puesto 10.  Marlene Dietrich. Morocco (1930).

Joseph Von Sternberg, que dirigía "Marruecos", resolvió que, en vez de mostrar las célebres piernas en la primera escena de la película, las iba a cubrir por completo, para crear suspense. Por eso, se ve a Marlene vestida con un frac y galera negros al comienzo de "Marruecos". Por si fuera poco, en esa secuencia, ella tomó la gardenia que lucía en el pelo una de las extras y besó los labios de la muchacha. El primer gesto galante de la bomba sexual alemana era el de una lesbiana.
Marlene Dietrich, la primera reina trans.

Una cantante de cabaret, envuelta en un fogoso triángulo erótico con dos hombres y vestida de drag king, besa en los labios a una chica que se estremece, entre el placer y la sorpresa. Mucho antes de que Yves Saint Laurent lo popularizara, Marlene usó el traje de smoking masculino en esta película dirigida por Joseph Von Sternberg, que a partir de esta escena supo construir sobre ella uno de los más perdurables mitos eróticos del cine. Von Sternberg dijo una vez, refiriéndose a Marlene: No le di nada que no tuviera. Sólo potencié sus atributos.  






Puesto 9.  Greta Garbo. The painted veil (1934).

El afiche de la película la promocionaba como The star whose flame fires the world. Si hablamos de Marlene y de amores lésbicos, no podemos dejar de lado a la Divina Greta Garbo. De jóvenes, las dos fueron amantes en la noche de Berlín cuando Marlene era la musa de los cabarets y Greta iniciaba su carrera de actriz. En el estrellato de Hollywood, fueron feroces rivales en medio de un pacto de silencio sobre sus amoríos pasados. The painted veil es una historia que trata el adulterio femenino de una forma muy jugada para su época. Katrin es una señora formal que viaja a China de la mano de un esposo que trabaja de médico en misiones humanitarias pero la vida se le vuelve aburrida, ausente de pasiones y así empieza a dejarse galantear...y hasta se da el gusto de besar en la boca sin disimulo a otra chica. La otra gran película ambigua de Greta fue la celebérrima Reina Cristina, en donde interpreta a la reina de Suecia. En una famosa escena donde está vestida de hombre, besa apasionadamente a una camarera del palacio insinuando que entre ellas hay algo más que un simple beso al pasar. 








Puesto 8.  Romy Schneider. Madchen in Uniforms (1958).

Me salteo unos veinte años y muchas censuras para llegar a este clásico del cine alemán que narra la historia de una jovencita internada como pupila en un colegio de gran severidad disciplinaria y del femenino amor que nace como consuelo entre ella y una de sus profesoras. Una gran interpretación de la joven Romy Schneider que sucumbe a la dulce tentación que le provoca Lili Palmer. Lo que no todos saben es que existe una versión original que se remonta al año 1931. Censurada en muchos países y prohibida durante el régimen nazi, aquella original Madchen in uniforms está considerada la primera película lésbica de la historia. 





Puesto 7.  Capucine. Fraulein Doktor  (1969).

El director de cine George Cukor dijo una vez, refiriéndose a ella. Parece que la cámara tiene un romance con su rostro. Los años sesenta del cine europeo fueron los años en que Capucine deslumbró al mundo con la perfección etérea de sus rasgos tan franceses, su belleza única, de esfinge misteriosa que a la vez parecía esconder en su interior un volcán de pasiones.

Fraulein Doktor es el nombre en clave de una legendaria espía alemana durante la Primera Guerra Mundial cuya verdadera identidad aún se discute. Suzy Kendall la encarna como una fría y bella máquina bisexual adicta a la morfina que usa su poder de seducción para conseguir lo que se propone. Tiene en la mira a una científica francesa, la doctora Saforet (Capucine), con la misión de robarle información. Saforet es lesbiana y las lindas chicas como Suzy le hacen perder la cabeza, especialmente si se muestran dulces y sumisas. Así es como Fraulein logra ser contratada como mucama y asistente personal de la doctora. Este video muestra los mejores momentos de la pasional relación erótica Ama - sumisa entre Capucine y Suzy. 









Puesto 6.  Raquel Welch - Farrah Fawcett. Myra Breckinridge (1970).

En 1968, Gore Vidal publicó Myra Breckinridge, una novela sobre una mujer transexual que exponía los aspectos más oscuros de la orientación sexual vista como un mandato social. Dos años después y sobre la ola de la polémica, Raquel Welch le puso el cuerpo a Myra en la película del mismo nombre que fue universalmente condenada, no por su contenido erótico, sino simplemente por mala. El propio Vidal la consideró an awful joke. Pero yo no puedo dejar de incluir en un topten histórico sobre cine lésbico a una escena de amor entre estas dos diosas de los setenta. No todos los días se ve a una Raquel Welch intentando seducir a una jovencita Farrah Fawcett, que recién comenzaba su carrera de actriz.








Puesto 5.  Brigitte Bardot - Jane Birkin. If Don Juan were a woman (1973).

Jeanne es una mujer perversa que se especializa en destrozar hombres que caen bajo sus encantos. Seducir a una bella y joven esposa y negarle al marido el esperado menage a trois es uno de sus más sádicos y acertados trucos. Brigitte Bardot y Jane Birkin dirigidas por Roger Vadim, que dijo de su personaje: Una mujer pude ser libre en el sexo sin ser una puta. Una Don Juan femenina puede existir hoy sin rastros de culpa. Jane Birkin es Clara, la chica que cae enamorada bajo el poder sensual de Jeanne. No le costó demasiado aceptar el papel; según sus propias palabras...acepté de inmediato sólo para estar en la cama con Bardot. Ella es la mujer perfecta, hasta sus pies son hermosos.







Puesto 4.  Emanuelle Seigner. Bitter Moon (1992).

Otro salto en el tiempo para llegar a la fetichista década de los noventa. Dirigidas por la mano experta de Polanski, este es el baile sensual e insinuante entre Emanuelle Seigner y Kristin Scott Thomas. Hace algunos años, esta escena ilustró mi columna lésbica Las adoratrices de Safo. También estuvo presente en otra entrada de mis 10 Sensuales y Femeninas dedicada al fetiche de los guantes largos. 






Puesto 3.  Rosanna Arquette. Crash (1996).

El controvertido film de David Cronenberg que expuso ante el gran público el mundo oculto de las pasiones fetichistas no convencionales. La rubia Gabrielle (Rosanna Arquette), con su pierna ortopédica y su cuerpo desfigurado por un accidente, se enrieda con Helen (Holly Hunter) en un grupo fetichista cuyos integrantes se excitan con los car crash. Nada mejor que el asiento trasero de un auto chocado para que las chicas desaten sus deseos.







Puesto 2.  Charlize Theron - Penélope Cruz. Head in the clouds (2004).

Décadas después de Fraulein Doktor, llega otra historia de espionaje protagonizada por una hermosa doble agente bisexual, esta vez en la Segunda Guerra Mundial. Gilda Bessé (Charlize Theron) es una espía francesa oculta durante la ocupación alemana en París que no duda en utilizar un vasto repertorio de prácticas sexuales para lograr sus fines y obtener la información que necesita (en mi entrada Cine Femdom Las Dominatrices, Gilda - Charlize demuestra como atar y spankear a un esclavo algo rebelde). Penélope Cruz interpreta a una refugiada española de la Guerra Civil. Las dos viven en un menage a trois con un hombre pero esta escena es sólo de ellas. Derrochando erotismo y glamour, se enlazan por los hombros y las cinturas bailando y acariciándose sin disimulo, atrayendo sobre ellas todas las miradas.








Puesto 1.  Cameron Diaz - Penélope Cruz. The Counsellor (2013).

Cameron Díaz sale por fin del closet de ser la rubia tonta que hace comedias y se pone en la piel de Malkina, una moderna femme fatale con todos los justos y necesarios atributos; es elegante, hermosa, madura, dominante y bisexual. Malkina tiene como mascota a una cheetah y en otra escena le confiesa a Javier Bardem que se deleita viéndola cazar sin remordimientos ni reglas. En ésta, intenta seducir con sus miradas y caricias cargadas de deseo a una tímida Penélope Cruz, una chica más convencional que acaba de recibir de su novio un costoso anillo de compromiso. Cuando Malkina la exhorta a atreverse a más, a sacudir su jaula, el juego erótico no avanza más allá de la insinuación pero es suficiente para encender la pantalla. Malkina luce un tatuaje en su espalda que asemeja su piel a la de su amada cheetah depredadora. La mirada gatuna que arde en sus bellos ojos, su tono de voz sensual que se asemeja a un ronroneo, las largas uñas plateadas que adornan sus manos simbolizando garras, sus movimientos felinos y su propio nombre, derivado de un antiguo dialecto inglés que significa peligrosa gata del mal...todo en Malkina es la exhibición explícita de una naturaleza sádica, sensual y femenina. 

Prometo que no será la última vez que Malkina aparezca en mi blog.






Cameron y Penélope

jueves, 9 de febrero de 2017

Femdom en la noche de Buenos Aires. Fiesta mixta para un gato de Cheshire entre botas





   Noche de miércoles en Buenos Aires, barrio de Almagro, calle Castro Barros. Fiesta mixta en Class. El ala femenina en la noche de hoy está casi por entero integrada por travestis, arregladas y maquilladas para vivir su fantasía. La banda masculina son los solos, que dan vueltas por la pista y por los reservados del primer piso, juntando valor para encarar a estas tigresas de la noche. Las travestis se arremolinan en la barra, coquetean bajo las luces ensayando pasos de baile en tacos altos y cada tanto suben la escalera hacia los reservados con un aire de topmodels, entre seductoras y distraídas.

   Mi favorita se llama, por ponerle un nombre, Lorena. A veces me la encuentro en los bosques de Palermo. Alta y esbelta, a Lorena le encanta bailar semidesnuda, en top y bombachita colaless, con una cartera clutch en la mano y siempre montada sobre unas tremendas botas con tacones de quince centímetros que le hacen unas piernas y una cola fantásticas. Cuando nos juntamos en algún sillón, la caña de sus botas es casi el doble de largas que las mías. Me gusta bailar con Lorena en el poledance de la pista de Class pero más me gusta encontrármela en algunos de los reservados.

   Esa noche, después de vagabundear un rato olfateando el panorama y concluido el show de la stripper, opté por llevarme a dos muchachos para divertirme en mi playground. Enseguida llegaron otros pero prefirieron mantenerse a distancia, algo temerosos. A mi lado apareció Lorena, contoneándose, entre intrigada y mimosa, con una mirada llena de morbo bajo sus pestañas de rimmel. Sin pensarlo dos veces, la tomé de la cintura y la atraje hacia mí; lo que hacía con mis dos Romeos no me iba a privar de gozar los atributos de mi princesa viril, mientras mi sumiso se arrodillaba entre las piernas de las dos, extasiado entre los tacones y las cañas de nuestras cuatro botas de vikingas en celo.

   Invito a una pareja a sumarse, atraída por la posibilidad de que otra mujer participe en mi festín. Ella declina con una sonrisa. A él, le digo sin reparos Te perdiste la posibilidad de adorar mis botas. Al final de la noche, se me acercará intrigado y me confesará que nunca hubiera imaginado semejante ofrecimiento por parte mía. Es que nunca estuviste cerca de una dómina, le contesto.

   Terminada la acción con los muchachos cumplidores, les agradecí y me volví hacia Lorena. Mientras la besaba, levanté la vista a la audiencia de hombres y travestis curiosas y dije en voz bien alta Esta belleza es mi muñeca Barbie. No sé que habrán pensado porque en ese momento vi aparecer la sonrisa de mi sumiso, cheshirecat, que asomaba la cabeza para respirar, casi enterrado en nuestro inframundo de vinilo, tacos aguja y medias de red. No me olvidaré nunca de su sonrisa, pienso en voz alta mientras tipeo esta columna y cada tanto me divierto leyendo algunos mensajes que me entran en la notebook, la mayoría de hombres que se dicen dominantes, que alardean de su poder sobre su sumisa pero que nos envían toda clase de señuelos a las Femdoms, desesperados por sostener una asexuada amistad cibernética, lo que parece ser su máxima aspiración.

   El reservado de Class fue esa noche mi chaise longue de Diosa Sádica. Mi esclavo sigue ahí abajo, en el suelo, en el último eslabón de la cadena de la dominación, bajo las miradas de intriga de los que no aciertan a entender que hace este tipo? o la más clásica como puede ser que le guste estar ahí? Parece pequeño frente al poder fetichista de la ampulosidad femenina que lo vuelve casi invisible. Aparece y desaparece, cual gato de Cheshire en el País de las Maravillas. Y de vuelta en casa, cuando le pregunto como fue eso de estar ahí, adorando nuestras piernas y pisoteado por nuestras botas, bien en el bottom de nosotras dos, él me contesta. Con un bottoming así, quien querría ser top?





jueves, 2 de febrero de 2017

Mistress Eve. Una diosa fetish en el Brompton Cemetery


   I am Mistress Eve, the ultimate professional London Mistress, the London's most beautiful, sensual, glamorous and dominant Mistress. I'm in many circles described as Sado Beauty, Glaminatrix, Sex Goddess and The Original Sin. 

   Así se presenta en su página web esta belleza londinense que vive y sesiona sus esclavos en su mazmorra ubicada en el elegante y cosmopolita barrio de Earl's Court. Para esta sesión de fotos, Mistress Eve eligió el Brompton Cemetery que es mucho más que un histórico cementerio. Es además un jardín lleno de reliquias administrado por los Royal Parks y que suele ser utilizado por los vecinos como un paseo para ir y venir entre Earl's Court y Chelsea.  Un escenario entre gótico y sensual, ideal para que Mistress Eve despliegue todo su glamour fetichista.

   Espero que te hayas dado cuenta que amo a Londres y que también amo a la Sex Goddess Mistress Eve.

   https://www.eves-place.com/


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