martes, 20 de mayo de 2014

Dioses felinos y sus adoradoras

   Hoy vengo de la zarpa de otras felinas que deleitan con su misteriosa estética gatuna a una de las improntas más diabólicas del mundo femme. La Diva y el Gato.

De caprichos y enigmas sádicos. Se dice que los seres humanos fuimos hechos para complacerlo. Muchas veces el señor o la señora felina abusa de su inmenso poder de seducción. 

De curiosidad e intriga femeninas. Se dice que su ronronear es incomprensible. Se le atribuye al stress, al relax, a carismáticos placeres sanadores aunque para algunos son perturbadores. Pero nadie ha logrado entenderlos.

De movimientos sensuales. Se dice que su andar es un canto al equilibrio erótico. Lucimos más sexies las mujeres al parecernos a este símbolo universal de la elegancia. A la misma pasarela fashionista se la denomina catwalk.

De espíritu divino. Se dice que en la antigüedad era sagrado. Perseguido en miles de historias, hereje y maldito debido a tanta ignorancia. Hoy se recuestan en el lugar -pedestal más importante de los hogares y buscan ser adorados en nombre del placer.

   Confieso ser una religiosa del felis catus, Señor del Divismo, el Sado, la Sensualidad y lo Femenino. Para Mí, a veces es el mismo Dios.




Enero. Dita Von Teese




Febrero. Ursula Andress




Marzo. Katy Perry




Abril. Claudia Cardinale





Mayo. Eva Longoria



Junio. Cher


Julio. Beyoncé


Agosto. Grace Kelly


Septiembre. Penélope Cruz


Octubre. Christina Aguilera


Noviembre. Farrah Fawcett


Diciembre. Marilyn Monroe

miércoles, 14 de mayo de 2014

Femdom en la noche de Buenos Aires. Dulce evento sado





   Finalmente ocurrió. Fue en la dulce noche de Sweet en donde  encontré un lugar y un ambiente para jugar como a Mí me gusta. Lo mío siempre fue llegar con el Femdom al mundo del swinger, penetrar ese mundo tan vainilla de intercambios heterosexuales cruzados violando sus códigos no escritos, expandir la dominación lésbica hasta lograr la total entrega de la desconocida bajo la mirada sorprendida de su marido, montarme el bukkake en el reservado de solos hasta ordeñar a los mejores machos presentes, soportando miradas curiosas, sonrisas nerviosas y algún comentario inquisidor, casi siempre femenino, de las parejas presentes.

   Pero la consigna de la noche ya me daba rienda suelta. Sado. Hoy sí que me soltaban la cadena para ser la zorra delante de un tierno y dulce gallinero. A mis habituales prendas fetichistas de cuero y encaje, a mis adoradas thighhigh boots de taco alto y plataforma, por esta vez pude agregarle mi fusta de equitación. A mi juego entonces, mi juego que casi nunca tiene lugar en los dominios del BDSM institucionalizado. Mucho sexo, muy poca técnica. Nada de dolores, todo placeres, incluido el sublime goce de spankear un par de bellas nalgas femeninas, turgentes, deliciosas, exigiéndole a su propietaria mi proverbial  Gracias Señora tras cada palmada, agradecimiento que ella repetía dulce y sumisamente, ante la mirada de tantos novatos. El sadismo de romper las reglas, incluidas las del swinger y las del BDSM, que supuestamente convocaban bajo la tutela del señor Grey. Al susodicho señor no lo ví por ningún lado; las únicas sombras presentes eran los espíritus de Wanda, Bettie y Mesalina, gozando, riendo, masturbando....

   Dibujo en el aire  un beso de rouge en honor de la elegancia femme fatale de las damas presentes. No es ninguna novedad que en Sweet el glamour brilla con luz propia pero desde la preciosa muñeca fetish noir que en la entrada te daba la bienvenida, todo el ambiente destellaba con esa combinación de lujuria y elegancia que las mujeres sabemos lucir cuando nos preparamos para una noche de esas que sabemos va a ser especial. Apenas subir la escalera, ya nos llega el ritmo de la mejor música donde habita mi corazoncito discotequero-glam, donde las bellas se vuelven aún más bellas y los varones seductores parecen transformarse en galantes sumisos adoradores, rendidos devotos ante el poder de las Afroditas. Un capítulo especial para los muchachos del Staff, impecables como siempre, amables más que nunca pero un poco nerviosos, sobrepasados por el éxito de la convocatoria. Más de uno debió correr de reservado en reservado para atender cuestiones de logística de la fiesta. A ellos, como siempre, mi gratitud.

   No me faltaron (nunca me faltan, en realidad) las anécdotas para compartir. Una pareja que conozco de hace años, de la noche swinger de Buenos Aires, se me acerca. Hace mucho que no los veía. Ella me saluda con un Hoy estás en lo tuyo, no? y me hace el gesto de un azote. Sonrío y acaricio mi fusta delante de ella, como masturbándola. Yo me leí las cincuentas sombras me agrega después, creyendo que daba el santo y seña de conocedora del tema a tratar. Y yo me traje los cien brllos le respondo. Los ojos del marido parecen devorame. Me los encuentro después en el reservado de solos, mientras me entretienen algunos chicos bien dotados y muy dispuestos a complacerme.  Miraron, junto a otras parejas que miraban....y en eso quedaron.

   En el reservado de parejas, donde se había montado una cruz con sogas, una chica, un tanto "asustada" ante mi juego de humillación verbal con un muchacho solo, se me acercó en un momento.

   - Hola, mirá, te cuento que montamos este reservado para que la gente vea como es esto del sado pero no es en serio, lo estamos actuando...

   - Yo no actúo. Yo soy así; se me ocurrió responderle. Y seguí con lo mío. No sé como se lo habrá tomado, pero el fluir del sexo en la noche se llevó con su corriente cualquier prejuicio. 

   Atesoro miles de polaroids, de fotos instantáneas en mi mente. En primer plano, la cintura encorsetada de Rebeca, la cola de Giselle, la sonrisa y las piernas de Grace, la fogosidad de una pareja con la que compartí la cama redonda del reservado del primer piso y se prestaron a todos mis juegos de placer y fantasía. Cientos de momentos y cada uno de ellos me confirma que el sado no tiene porqué vivir en un ambiente trash y sórdido, de rostros serios y entregas místicas. Puede ser glamoroso, chispeante y feliz. Puede volver a montarse en la sonrisa de Bettie, de donde nunca debió haber bajado. Por eso quise compartir mi testimonio de la fiesta con ustedes, en este mayo, en donde festejo el segundo aniversario de mi blog, tan sensual y femenino como el dulce evento sado de la noche de Sweet .





 
La foto corresponde al escenario de Sweet, durante la Fiesta de Blanco, hace unos meses. En el centro de la foto, con botas blancas de plataforma con cristales y uñas rojas, estoy Yo.

jueves, 8 de mayo de 2014

Equilibristas del sexo




   Este juego no es para cualquiera. Nadie te obligó a relacionarte con una Dómina. Nosotras no perseguimos a los hombres por la calle para someterlos ni les robamos las claves de la tarjeta de crédito. No vale decir después, lloriqueando por los foros de Internet o por Facebook Yo no sabía - Yo tengo otros códigos - Siento que no me respetaron. Te gustó acercarte a la mantis religiosa cuando tenías muchas otras opciones. Ahora, si ya fuiste devorado y te arrepentís, es tarde para quejas.

   Me gusta definir a mis actos como el goce de un despotismo cruel teatralizado. Góticamente sobreactuado. Puedo vivirlo en mis noches de sexo y salir ilesa para volver a mi vida de familia sólo si mantengo un sano equilibrio moral y de conciencia. Lo que yo hago en mis sesiones y que me provoca tanto placer requiere también que del otro lado haya personas de alta autoestima y valor personal capaces de entender el juego psicológico de humillaciones, sumisión y servidumbre sexual al que van a ser arrastrados.

   Una frase muy española reza que para practicar cualquier tipo de sexualidad que incluya dominación y sumisión, debes tener la cabeza bien amueblada. Una persona que considere que el BDSM es una forma de sanación de algún rollo psico-psiquiátrico no debería acercarse a otra para canalizar culpas o frustraciones ni para poner a prueba sus inseguridades. Las relaciones de poder nos vuelven vulnerables y pueden ser peligrosas. Es muy probable que los participantes estén arriesgando parte de su integridad ya que muchas prácticas BDSM, aún las más comunes, pueden ser consideradas ilegales en un juicio. Hay que ser muy honesto para vivir fuera de la ley. Los códigos penales no ofrecen amparo. Son la experiencia y el sentido común los que enseñan los límites de las posibles acciones que vamos a acometer.

   Somos adultos. Esa condición te hace responsable de lo que haces y de lo que te dejas hacer. Soy Ama, no terapeuta. Me excita el poder, no la piedad. Mi femineidad es sensualidad, no altruismo. Me atraen los piropos, no los reclamos. Me interesa tu capacidad para darme orgasmos, no el autobombo de tu entrega, a la que supuestamente debo valorar como un tesoro a ser descubierto

   Los irredentos seguidores de Leopoldo Sacher-Masoch suelen hacer gala frente a sus Damas de toda clase de galanterías y romanticismos. Sé muy bien hasta donde pueden llegar los deseos exacerbados por el fetichismo, por el amor hipersexuado, por la búsqueda sádica de la virtud en el vicio. Las mujeres dominantes estamos expuestas a ser rodeadas por una ritualizada delincuencia de suicidas por amor, que están dispuestos a sufrir toda clase de torturas para atrapar nuestro amor elusivo. 

   El caminar sensual, contoneándonos, por la cuerda floja de la sexualidad fetichista, es una tarea de alta precisión racional. Donde no habría nada que razonar, donde todo se basa en el dejarse llevar por los recovecos de la libido sin otro reglamento que el instinto sexual, ahí es donde nuestra cabeza debe trabajar con cuidados y filtros para evitar situaciones en las que no haya un punto de retorno. Así es que nos movemos en un audaz equilibrio entre lo perverso provocador placentero erotizante y lo perverso provocador delictivo ilegal.

   Las Dóminas tenemos el poder de herir con la excitación sexual que provocamos. Cuanto mas border es la desviación para alcanzar el climax, más soeces suelen ser son las palabras, más duras las humillaciones, más equis son las prácticas triple equis y más promiscuas somos al buscar el placer de la putez adúltera. A la vez, más necesaria se hace la condición de demandar honestidad, de tener claro los propios límites y de exigir una cabeza bien amueblada para participar.

   Concluyo preguntando…existe acaso algun tipo de juego sexual que no sea peligroso si alguna de las partes está en inferioridad?




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