jueves, 11 de enero de 2018

Sumisos que necesitan límites




   No me cabe duda que el BDSM ha dejado de ser hace rato un conjunto de técnicas y actividades sexuales particulares para ingresar al brumoso terreno de lo que se define como una cultura. Dentro de esa cultura BDSM, las comunidades siempre han buscado normalizar el comportamiento de sus miembros; por ejemplo mediante la formalización de parejas amo – sumisa que estipulan sus deberes y derechos mutuos, acollaradas cual matrimonios vainillas con sus libretas matrimoniales.

   En esas comunidades BDSM, uno de los temas a tratar más trillados es el de los límites. No hay sitio de Internet o debate en reuniones en donde no se debata sobre lo importante que es prevenir abusos mediante el respeto de la parte dominante de los límites establecidos por la parte sumisa. Sin embargo, mi experiencia Femdom es la opuesta. Yo manejo la sesión sexual de acuerdo a mi criterio, sin aceptar consensos preestablecidos ni límites restrictivos pero la que siempre tiene que poner límites soy Yo, porque los sumisos varones casi siempre intentan llevar la relación mucho más lejos de la sesión.


Nunca viví algo así. Podremos repetirlo?
Necesito volver a verte.
Aceptarías salir conmigo en otro momento? Ya sé que sos casada pero me gustaría tener con vos más intimidad que la que tuvimos la otra noche.


   Si la experiencia sexual más fuerte de tu vida te llegó después de una sesión con una Mistress profesional, vas a tener más chances de repetirlo pero también sabés que las ecuaciones económicas con las que hasta hoy manejaste tu vida pueden empezar a salirse de control. Si lo bueno hay que pagarlo, suele costar mucho. En mi caso y en el de la mayoría de mis amigas dóminas, las atenciones que exigimos corren por otros carriles pero igualmente sólo vale nuestro placer hedonista y egoísta. Ese mismo despotismo femenino que tanto te excita, puede volverse en tu contra si deseas que tu dama fetiche pase de Mistress a novia.

   Podés ser un afortunado, como lo fue mi actual esclavo marido, de encontrar una Dominante de corazón desocupado y hacer todos los méritos necesarios para enamorarla. Bien por vos. Pero si Ella te marca la cancha de entrada y te advierte que no busca ni desea compromisos, conformate con que, si te comportas como Ella espera y le brindas las satisfacciones que Ella exige, terminado el encuentro sólo podrás aspirar a ser un buen recuerdo.

   En mis paganas celebraciones, invoco al espíritu de Afrodita, al libertino deseo erótico. Lo que yo busco en el sado es aquel eslabón perdido en la cadena del amor romántico pero que es a la vez efímero y espontáneo. Aquello que es tan difícil de encontrar porque requiere reconocer y aceptar que el sexo fue una gran oportunidad de dar y recibir y que no requiere una continuación afectiva. Si fuimos capaces de llegar a la cumbre del orgasmo mediante una combinación deliciosa de pasiones y acciones sádicas, porqué afectar esa perfecta pureza del sexo en estado virginal contaminándola con pseudorromanticismos posteriores que sólo pueden aportar desilusiones y sentimientos equívocos. Ahí es en donde soy muy estricta poniendo límites.

   Siempre he estado atenta a las fantasías y fetiches de los sumisos, suelo escucharlos y he conocido entre sus filas muchos más cupidos que marquesitos. Sacher-Masoch fue un clarividente profeta cuando caracterizó en sus personajes los excesos a los que un hombre puede llegar cuando la lujuria se transforma en amor. Quizás te alivie saber que no sos el único que tuvo una experiencia sexual fuertísima con una mujer dominante (profesional o no) y quedó marcado para siempre por el poder de Ella. Ella, que es tan diferente de todas las mujeres que conociste. Te tocó quedar ahí, desvirgado para siempre, ejecutado contra la pared del sexo Femdom inolvidable. He ahí el privilegio (o la condena) de ser sumiso. No me digas que no te lo advertí.





10 comentarios:

  1. Fantástico! Delicioso post!

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  2. Notable ,como siempre .
    Todas estas reflexiones merecen editarse .La France libertina ( que bien acaba de dar un moquete a la cara moderna del puritanismo yanqui) tiene a Millet , a Robber-Grillet y a otras,aqui tenemos a la distinguisdisima Mistress Roxy para no caer en el sopor burocratico de ignorantes vivillos de poca monta.

    Con afecto y el respeto de siempre

    Comm

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    Respuestas
    1. Muchas gracias por tu considerado elogio. Lleva mucho tiempo escribir apenas unos pocos parrafos y estos comentarios son una caricia al alma

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    2. Ya se lo he escrito y a riesgo de ser cargoso lo reitero : todas estas reflexiones deberian editarse .HACE FALTA URGENTE.No solo xq algo debe quedar de la destruccion casi total del bdsm argentino sino que son interesantes ( no pocas veces brillante ,algunas veces para disentir pero siempre para pensar )

      atentamente con elfecto y el respeto de siempre

      Commendatore

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  3. Me pregunto hasta qué punto es cierto eso de que quieren más. Entiendo que desvirgarse (jaja) con una Dómina es para el sumiso una experiencia muy fuerte, pero no sé si lo hayan pensado bien. Principalmente porque naturalmente tomamos el mando y hacemos lo que queremos y eso para un sumiso de closet es difícil de tolerar.
    En cuanto a los límites pienso dos cosas: cuando te gusta como a mi dejar marcas y otras cosillas (me gusta causar dolor, no puedo evitarlo) porque realmente me hacen mojar la pussy y el tipito es casado o no sé, mil otras cosas yo tengo que o decidir quedarme con lo que me da o rechazarlo. Y por otro lado lo de los límites se da más en personas que no lo han practicado nunca o casi nunca, porque incluso palabras de seguridad rara vez las he utilizado.

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    1. Muy acertado punto de vista el tuyo, que creo complementa la columna y la enriquece. Alguna vez me pasó con un sumiso que me suplicó que no le deje marcas porque era casado.

      Muchas gracias por tu comentario MissG

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