martes, 30 de enero de 2018

Heroínas. Black Cat



   Black Cat hizo su debut en la revista de Marvel Amazing Spiderman, en 1979. Creada por el dibujante Keith Pollard y el libretista Marv Wolfman  la gata negra de melena blanca no pudo escapar de entrada al estigma de quienes la consideraban una mera copia de la  Catwoman de DC Comics pero en versión Marvel aunque Wolfman jura y perjura que no tuvo en cuenta a Catwoman a la hora de crear el personaje. La belleza de Black Cat y su sex appeal, su traje negro, un catsuit ajustado que exhibe al detalle todas sus curvas, sus movimientos siempre en la frontera de lo legal pero sin caer abiertamente en la delincuencia y su relación tortuosa con el héroe de la historia; todo conduce a establecer un paralelismo inevitable entre Black Cat/ Catwoman, Felicia Hardy/Selina Kyle, Spiderman / BatmanPeter Parker / Bruce Wayne. Pero a diferencia de su felina hermana de DC Comics, retratada hasta el cansancio y protagonizada por diosas de la pantalla como Julie Newmar, Michelle Pfeiffer o Anne Hathaway, Black Cat no ha llegado al cine y no  pasa de ser un personaje de cosplay o de alguna serie de televisión. Un caso parecido al de Vampirella, que también espera su consagración en la pantalla grande.

   En el año 2002, con dibujos de Terry Dodson, Marvel levantó el protagonismo de Black Cat lanzando The Spiderman and the Black Cat. Terry es un maestro en el arte de dibujar heroínas sensuales con fuertes características Femdom (la diosa transexual Mantra es uno de sus mayores logros). Esta es la Black Cat de Terry Dodson.


























































Terry Dodson y una Black Cat cosplayer

jueves, 11 de enero de 2018

Sumisos que necesitan límites




   No me cabe duda que el BDSM ha dejado de ser hace rato un conjunto de técnicas y actividades sexuales particulares para ingresar al brumoso terreno de lo que se define como una cultura. Dentro de esa cultura BDSM, las comunidades siempre han buscado normalizar el comportamiento de sus miembros; por ejemplo mediante la formalización de parejas amo – sumisa que estipulan sus deberes y derechos mutuos, acollaradas cual matrimonios vainillas con sus libretas matrimoniales.

   En esas comunidades BDSM, uno de los temas a tratar más trillados es el de los límites. No hay sitio de Internet o debate en reuniones en donde no se debata sobre lo importante que es prevenir abusos mediante el respeto de la parte dominante de los límites establecidos por la parte sumisa. Sin embargo, mi experiencia Femdom es la opuesta. Yo manejo la sesión sexual de acuerdo a mi criterio, sin aceptar consensos preestablecidos ni límites restrictivos pero la que siempre tiene que poner límites soy Yo, porque los sumisos varones casi siempre intentan llevar la relación mucho más lejos de la sesión.


Nunca viví algo así. Podremos repetirlo?
Necesito volver a verte.
Aceptarías salir conmigo en otro momento? Ya sé que sos casada pero me gustaría tener con vos más intimidad que la que tuvimos la otra noche.


   Si la experiencia sexual más fuerte de tu vida te llegó después de una sesión con una Mistress profesional, vas a tener más chances de repetirlo pero también sabés que las ecuaciones económicas con las que hasta hoy manejaste tu vida pueden empezar a salirse de control. Si lo bueno hay que pagarlo, suele costar mucho. En mi caso y en el de la mayoría de mis amigas dóminas, las atenciones que exigimos corren por otros carriles pero igualmente sólo vale nuestro placer hedonista y egoísta. Ese mismo despotismo femenino que tanto te excita, puede volverse en tu contra si deseas que tu dama fetiche pase de Mistress a novia.

   Podés ser un afortunado, como lo fue mi actual esclavo marido, de encontrar una Dominante de corazón desocupado y hacer todos los méritos necesarios para enamorarla. Bien por vos. Pero si Ella te marca la cancha de entrada y te advierte que no busca ni desea compromisos, conformate con que, si te comportas como Ella espera y le brindas las satisfacciones que Ella exige, terminado el encuentro sólo podrás aspirar a ser un buen recuerdo.

   En mis paganas celebraciones, invoco al espíritu de Afrodita, al libertino deseo erótico. Lo que yo busco en el sado es aquel eslabón perdido en la cadena del amor romántico pero que es a la vez efímero y espontáneo. Aquello que es tan difícil de encontrar porque requiere reconocer y aceptar que el sexo fue una gran oportunidad de dar y recibir y que no requiere una continuación afectiva. Si fuimos capaces de llegar a la cumbre del orgasmo mediante una combinación deliciosa de pasiones y acciones sádicas, porqué afectar esa perfecta pureza del sexo en estado virginal contaminándola con pseudorromanticismos posteriores que sólo pueden aportar desilusiones y sentimientos equívocos. Ahí es en donde soy muy estricta poniendo límites.

   Siempre he estado atenta a las fantasías y fetiches de los sumisos, suelo escucharlos y he conocido entre sus filas muchos más cupidos que marquesitos. Sacher-Masoch fue un clarividente profeta cuando caracterizó en sus personajes los excesos a los que un hombre puede llegar cuando la lujuria se transforma en amor. Quizás te alivie saber que no sos el único que tuvo una experiencia sexual fuertísima con una mujer dominante (profesional o no) y quedó marcado para siempre por el poder de Ella. Ella, que es tan diferente de todas las mujeres que conociste. Te tocó quedar ahí, desvirgado para siempre, ejecutado contra la pared del sexo Femdom inolvidable. He ahí el privilegio (o la condena) de ser sumiso. No me digas que no te lo advertí.





viernes, 5 de enero de 2018

Leg show. La caja de las medias de la abuela


   Desde niñas, las mujeres hemos aprendido que una forma sencilla de obtener lo que queremos es mediante la exhibición de las piernas rematadas por los encantadores zapatos o botas cortas de tacos altos. Si le agregamos la hosery adecuada, nuestras piernas se vuelven irresistibles. Las medias de nylon son un fetiche entre fetiches. Yo amo coleccionarlas, ordenarlas, olerlas, ponérmelas, quitármelas. Amo que me las besen y me las acaricien. 

   En la películan de Truffaut  El hombre que amaba a las mujeres, el protagonista dice: Las piernas de las mujeres son compases que recorren el planeta dándole equilibrio y armonía. En busca de esa armonía, voy a revolver el cajón de las medias de la abuela. Veremos con qué me encuentro para construir un calendario vintage y arrancar con todo el espíritu sado, sensual y femenino en estos primeros días del 2018.




Enero



Febrero



Marzo




Abril


Mayo





Junio



Julio

Agosto


Septiembre




Octubre



Noviembre




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