jueves, 30 de enero de 2014

Doscientos insultos, doscientos elogios



   Según El gran libro de los insultos escrito por Pancracio Celdrán Gomáriz, existen doscientas maneras diferentes de decir la palabra puta. Para que no queden dudas, ahí van todas.

    mil polvos / acatus / aislante / alcahueta / alegre / alemanita / anabolena / avariuda / barragana/ blanca tratada / boyera / burraca / burracona / buscona / cabaretera / calentorra / calienta camas / calienta huevos / calienta pollas / cambri / candonga / cantonera / casquivana /  celestina / chica fácil / chai / chango / chica de atasco / china tratada / chingada / chirlata / chumascona / chuminista / chupa pijas / chupetera / churrera / cisne / cleopatra / cocotte / cocu/ coima / colipoterra / concha / conchita / concubina / coneja / coño nocturno / cortesana / costillera / cualquiera / currulaca / daifa / dama de la noche / descarriada / deshonesta / disoluta / elementa / enrrayada / esclava sexual / espatarrada / esquinera / folladora / fuellera / fulana / furcia / gata / golfa/ guarra / publica / guarrona/ gueisa / gumia / heredera / hetaira / hija de mal agüero / huevera / hurgamandera / hurona / indecente / inmoral / iza / jabata / jinetera / jodida / la otra / lacroilla / ladillera / lagarta / lagartera / lagartona / lame prepucios / lea / leona / leonesa / libertina / ligona / loba / lumi / lumia / lumiasca / madame / madonna / magdalena / malsonante / mamadera / mamona / manceba / manfla / mantenida / maria de la o / masturbadora / meretriz / mesalina / mestiza / tratada / microondas / mil maridos / moma / mona / monja del amor / morros calientes / mortadela / mozcorra / mujer de chulos / mujer de haren / mujer de la mala vida / mujer de pedido / mujer de rojo / mujer fatal / mujer publica / mujer X / mujerzuela / negra tratada / ninfómana / nocturna / novia de dios / ordeñadora / pajara / pajarera / pajarona / pajillera / pantera / pecadora / pelandrusca / pendeja / pendón / perdida/ perica / peseta / pesetera / pícara / piculina / pilingui / pingona / pollera / promiscua / prosti / prostituta / pujicama / punto / filipino / pupila / putacerda / putaña / putita / puton / puton verbenero / putona / putorra / quedona / querida / ramera / rastrera / rebuscona / revienta pollas/ rufa / sabanera/ saca semen / salida / señorita de moral distraida / servidora del placer/ soba pollas / soldadera / sopla poyas / sota / suripanta / taconera / tigresa / tipa / tiparraca / tortillera / trabajadora de barra americana / trabajadora del amor / trabuquera / trotadora / trotera / trotona / trufera / turquesa / una cualquiera / vampiresa / zorra / zurriaga. 

   Muchas definiciones de la lista son términos locales, propios de regiones de nuestra Hispanoamérica y con significados peculiares pero despues de leerlas a todas, la tentación fue demasiado fuerte y no pude evitar clasificar a las más conocidas de acuerdo a mi criterio. 

   Las clásicas: no sólo la palabra puta conserva su pecaminoso encanto y es excitante. Hay otras más. Son las que los hombres te susurran al oido mientras te hacen gozar. A ellos les vuela la cabeza que en el sexo seas tan putona, putorra, guarra, fulana, furcia, guarrona, putita, putón, putón verbenero, concha, conchita, golfa, prosti o pendón.

   Las oficiales: una forma descriptiva de explicar lo que ella hace. Tipo prontuario policial. Suelen usarse en los foros sobre sexo cuando catalogan a las Amas financieras o a las que les gusta recibir regalos. Porque según mucha gente que dice que sabe de BDSM, una verdadera mujer dominante debe diferenciarse claramente de lo que ellos creen que es una trabajadora del amor, servidora del placer, mujer de chulos, mujer pública, prostituta, meretriz o ramera.

   Las técnicas: apuestan por algunas características especiales.  Por ejemplo, como se visten o por donde deambulan. Así, cuando salís de noche y bien montada para que no queden dudas de que vas a la búsqueda de placeres, atrás del piropo galante siempre hay una mirada crítica que te considera una alegre, taconera, esquinera, trotona, buscona, jinetera, chica fácil, trabajadora de barra americana, cabaretera, nocturna o mujer de rojo.

   Las moralistas: son las que usaban nuestras abuelas cuando nos advertian que no nos comportáramos como esas chicas que se divierten mucho pero que siempre terminan mal. Una madre te diría que esa mujer que seguramente tanto le gusta a tu padre es una perdida, pecadora, disoluta, mujer de la mala vida, señorita de moral distraida, alcahueta, magdalena, descarriada, libertina, ligona, mujerzuela, promiscua, indecente, inmoral, casquivana, perdida, rastrera o celestina.

   Las civiles: en un tiempo no muy lejano se suponía, equivocadamente, que a estas damas nadie les ponía el anillo en el dedo y la libreta roja de matrimonio. Por eso hoy están un tanto pasadas de moda. Para quienes gustan de estos calificativos pseudo-humorísticos, por un lado están las mujeres legítimas y por el otro las mancebas, concubinas, mantenidas, tipas, mil maridos, cualquieras, deshonestas, queridas y las otras.

   Las varoniles: en cuestiones de sexo, los muchachos no se andan con vueltas. Dicen las cosas como son. Ellos le dicen al pan, pan y al vino, vino. Y las mujeres que los calientan son las chupapijas, calientapollas, sobapollas, calientahuevos, mil polvos, espatarradas, folladoras, lameprepucios, mamaderas, mamonas, masturbadoras, revientapollas, sacasemen, soplapollas, ordeñadoras, hueveras, calientacamas, calentorras, coños nocturnos, chupeteras, pajilleras y ninfómanas.

   Las distinguidas: por lejos, éstas son mis favoritas. Algunas arrastran detrás un toque histórico, otras hacen referencia a nuestro andar felino o a nuestro carnívoro apetito sexual. Siempre relacionadas con la admiración y el deseo, son etiquetas propias de las más elegantes reinas de la noche y el sexo. Porque no cualquiera es digna de recibir el título de Madame, Madonna, Dama de la noche, cisne, cocotte, hetaira, mujer fatal, geisha, gata, pantera, leona, leonesa, loba, vampiresa, tigresa, cortesana, Cleopatra, Anabolena o Mesalina.

Y a vos, como te dicen?




jueves, 23 de enero de 2014

Una noche y dos mujeres

   Anoche decidí volver a abrir mi cajita musical y darle cuerda a Mi bailarina privada. No me molesta que mi muñeca venga con pene, por el contrario me gusta que se lo tenga que ocultar en esa tanguita atigrada de lycra que alguna vez fue la parte de abajo de mi bikini. Es que esa antigua magia que guardan las cajas francesas con bailarinas pasivas y estáticas que solamente giran sobre sí mismas ya no tiene ningún misterio para una pareja Femdom que ha decidido llevar a fondo su simbiosis de emociones, gustos, risas y lágrimas y darle cuerda a la confianza y al goce de la femineidad

   La atmósfera también parece haberse vuelto de terciopelo rojo carmín, como el fondo de la cajita musical. De ese fondo aterciopelado emerge un toro hecho luna que levanta a su paso una embriagadora tormenta de feromonas y felina testosterona. El ya es ella, es gemido, manitos enguantadas y orejitas entregadas. Hace calor pero se nota que no le interesa o ni siquiera lo siente. Mi Marilyna (aunque por el largo de su melena debería rebautizarla mi Brigitte), se ha perfumado con una profunda fragancia con reminiscencias de violetas y lilas. Lleva puestas las botas de charol blanco barbarellianas, infinitas, las mismas que alguna vez le compré y que me motivara a escribir esta columna que tan buena recepción tuvo entre mis fieles seguidores. 

   Pareciera que ella es la buena, la inocente enamorada. En cambio yo soy la mala, la calculadora y venenosa. Batichica y Poison Ivy, frente a frente. Pese a todo, debo hacer un esfuerzo para calmarla pues la señorita es un volcán de hormonas femeninas en estado de inminente erupción. Sus labios llenos de gloss brillan en la oscuridad anhelantes, deseando vaya a saber qué clase de saciedad oral. Sus nalgas turgentes por su natura male, me tientan a azotarlas a la inglesa para castigarla por tanta lujuria desbordante. Ninguna novedad, esta clase de chicas son casi siempre más putas que Yo pues tienen un macho calentón en sus cuerpotes,  oculto tras los tules y las sedas. Se la toco y se le para, y erecta, se le escapa de la tanga y me río de sus ínfulas de hembra fatal. Por momentos, dejo de ser la mujer adulta y dominante y vuelvo a ser la adolescente enfebrecida del baño de mujeres del colegio, haciendo un esfuerzo para evitar devorar la boca de mi compañera de banco y ser descubierta en falta. Ella me recuerda a mi misma, entre mis 18 y 20 años, allá por las discos ochentosas, contoneando mis caderas sobre los altos tacones de las botas, luciendo la falda corta con insultante impudicia, con la putez precoz emanando de cada poro. Esa Roxanna que sólo quería divertirse, como cantaba el himno lésbico–puteril de la Cindy Louper. Y ahora también sólo quiero divertirme haciendo que él se sienta esa chica de la noche, la más deseada. Porqué yo sé que en esa sissy late una mujer. Esa mujer platónica, adorada, idealizada, el Nirvana que algunos hombres alcanzan cuando se dedican a  mistificar e idolatrar al erotismo femenino. Porque nunca, nunca encontré a nadie que sea capaz de amar y adorar a la mujer como un  esposo  crossdresser suele hacerlo.

   Mi Brigitte ya está rendida ante mi absoluto poder, le saco mil fotos avasallándola y ella, ya totalmente poseída, posa como Marylin, ríe como Bettie, se acaricia la melena como Farrah. La volteo, la fuerzo desde su esclavitud  anhelante hasta en un beso sodomizador, y la hago mia. No hay escapes de esa prisión ni voluntad de la prisionera por escaparse. Su cuerpo blando es puro éxtasis, supera mi mirada física y ya casi no la veo en el espejo. Ella es más mujer que yo, más puta que yo, y hasta creo que es más sádica. Por un instante, tomo distancia y siento la típica envidia que a veces nace entre féminas pues en este acto sexual, yo sé que ella es insuperablemente feliz y amada al mismo tiempo. 





miércoles, 15 de enero de 2014

Videoteca. Cabaret

    


  Muchas personas asocian de forma intuitiva la palabra cabaret con un sitio sórdido ligado a sombríos placeres machistas y la denigración de la mujer reducida a  condición de sierva sexual. Estas lacras sociales aún persisten pero su existencia nunca me privó del placer de jugar con el goce sensual que la palabra cabaret me refiere desde mi adolescencia: una noche plena de belleza, glamour y erotismo femenino. Hoy, muchos años después, sólo agrego que una de mis fantasías predilectas es vivir por una noche la excitación pecaminosa de ser la Madame de un cabaret.

Estas son mis diez cabareteras elegidas, d
iez invitaciones al pecado y al placer carnal. 


Puesto 10. Liza Minelli. Mein Herr de Cabaret.

Un clásico del cine que definió a un género entero y contribuyó a crear el mito de la Berlín decadente, libertina y sexualmente  ambigua de los años 20 y 30. Sally Bowles baila, canta y seduce en el Kit Kat Club. Porque la vida misma es un cabaret. 








Puesto 9. Jennifer López. Loboutin.

Preciosa puesta en escena para una high heeled Jennifer muy sensual que canta I am moving on, I’m throwing on my Loboutins. Más que un zapato, un estilo de vivir la vida en tacos altos.







Puesto 8. Jessica Alba. Sin City.

De la obra de arte fetish de Frank Miller. La clásica escena de la stripper vaquera con lazo y cinturón. Bruce Willis la mira como extasiado. 








Puesto 7. Christina Aguilera. A guy who takes his time de Burlesque.

Una sirena platinada cantando sobre un piano, un fondo sensual de banda de jazz, abanicos de plumas, un corsette de perlas, labios rojos, pestañas larguísimas, champagne. Todos los deliciosos estereotipos juntos y en exceso, en este clásico y a la vez contemporáneo cabaret que llega de la mano de Cher y Christina Aguilera.





Puesto 6. Penélope Cruz. A call from Vatican de Nine. 

Guido, un director de cine en decadencia, recibe una llamada de Carla, su amante. Lástima que no puede verla mientras ella baila y se contonea.





  


Puesto 5. Catherine Zeta Jones.  All that jazz de Chicago.

Velma Kelly nos cuenta su historia en este baile con fondo de jazz que es la marca de toda una época del music hall. Tuve la oportunidad de ver esta obra en Buenos Aires, protagonizada por Natalia Cociuffo en el rol de Roxie y Melanie Lenoir como Velma. Me dí el gusto de llegar al teatro montada en tacos aguja, medias de red, un vestido negro de fiesta con gran tajo al costado, operagloves negros hasta arriba de los codos, pulseras y anillos sobre los guantes  y envuelta en una boa de plumas, con todo el estilo de una Madame. Por supuesto, me robé todas las miradas.







Puesto 4. Natalia Oreiro. Sweet dreams.

 
Un striptease clásico de la morocha más sexy y pinup de nuestras tierras rioplatenses. El baile de la silla con la bailarina vestida de hombre pero con un maquillaje que una chica decente nunca se atrevería a usar. 








Puesto 3. Jennifer Beals. She is a dream de Flashdance.

 
Clásico ochentoso que además me trae grandes recuerdos. Una de las chicas de mi grupo de amigas íntimas, Norma, muy bonita ella y preciosa bailarina, nos bailaba estilo Flashdance y cuando llegaba el momento cumbre, le tirábamos el baldazo de agua. Como terminábamos la fiesta entre nosotras....pueden imaginarlo, un beso para vos, Normita.








Puesto 2. Salma Hayek. Titty Twister de  From dusk till dawn.

Una de las escenas más fetish del cine moderno.El Titty Twister, un ambiente latino sórdido, le da el marco perfecto a una vampiresa sensual que se hace llamar Satanic Pandemonium, que baila con una boa enroscada al cuello y termina regalándole al señor Tarantino una adoración de pie más lluvia de tequila. 

  





Puesto 1. Christina Aguilera, Lil Kim, Mya, Pink. Lady Marmalade de Moulin Rouge.

Para cerrar la lista y llegar al tope del glamour, que mejor que volver a las fuentes. Al mismo Moulin Rouge, nuevamente con Christina Aguilera. Escaleras que fueron construidas para ser bajadas en tacos aguja y medias de red, chaise longues, maquillajes recargados, joyería, corsettes, portaligas y plumas. La versión original de esta canción corresponde a Patti Labelle, es del año 1975 y no hace referencia a París sino al distrito francés de New Orleans, en donde una sensual Lady Marmalade invitaba al sexo y al placer con su voluptuoso Voulez vous coucher avec moi? ce soir. 

Girl Panic y Lady Marmalade son para Mí las dos obras de arte más bellas y eróticas del mundo del video clip. Sus realizadores nos regalan una visión mágica del poder y el esplendor del Femdom en su máxima y sádica expresión. 





   Penélope, Natalia, Liza, Christina, Catherine, Salma, las dos Jennifer y Jessica. Estas son las estrellas de mi cabaret. Soy Madame Roxy y los invito a gozar de toda su magia y glamour. 

lunes, 6 de enero de 2014

Madonna, on the cover of a magazine



   Hace poco más de un año, más exactamente en diciembre del 2012, con motivo de la visita de Madonna a la Argentina para presentarnos su show MDNA, armé un calendario con algunas de sus más célebres fotografías recordando a aquellos que supieron retratarla en sus diversas épocas. Madonna no sería quien es sin sus hombres detrás de la cámara; desde el principio de su carrera, jugó al límite con lo visual hasta el punto de convertirse en un indiscutible ícono fotográfico contemporáneo.

   Hoy, en este enero del 2014, como una remake de aquella entrada y como un buen comienzo de año para mi blog, quiero compartir a una de mis musas favoritas a través de algunas de las miles de tapas de revistas de todo el mundo que la consagraron a lo largo de más de treinta años de carrera. Algunas de esas tapas corresponden a Vogue, como no podría ser de otra forma, porque para brillar on the cover of a magazine, quien otra que Madonna? 


Enero. Steven Meisel


Febrero.  Alberto Tolot.

  
Marzo. Tom Munro

 
 
Abril. Herb Ritts


Mayo.  Steven Klein


Junio. Terry Richardson

 
 
Julio. Herb Ritts


Agosto. Steven Klein


Septiembre. Steven Klein


Octubre. Alas & Piggott

 
Noviembre. Steven Meisel.

 
Diciembre. Helmut Newton
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...